El Qhapaq Ñan o red vial andina, se construyó con la finalidad de integrar las vías troncales con diversas arterias de comunicación menores, permitiendo a su vez, la unificación política de la gran mayoría de los pueblos andinos.
Lo primero que debemos conocer es que Qhapaq Ñan es una expresión quechua que se traduce como «Camino del Rey o del Poderoso» y fue un sistema de caminos o red caminera de Tahuantinsuyo realizados de forma ordenada y bien organizada por la civilización incaica conectando las ciudades más importantes del imperio tanto en las zonas costeras como en la sierra.
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Este sistema de comunicación se explica, no por sí mismo, sino ante la existencia de un Estado Imperialista, en un proceso completo de expansión. De esta forma, una red vial con la magnitud que presenta Qhapaq Ñan, permitía la circulación de personas de forma controlada así como recuas de alpacas y llamas, mercaderías varias y materias primas de unas zonas a otras.
Pero también se puede considerar un instrumento del poder militar del imperio, ya que por estas rutas se movían los ejércitos en sus expediciones guerreras de sometimiento a otras zonas, o para apaciguar rebeliones y castigar a aquellos que osaban alzarse contra el Sapan Inca; o por el mero hecho de afirmarse como un símbolo del poder que regía en la zona.
Estos caminos o ruta bien organizados fueron una de las mejores expresiones del control territorial y sobre la población que se vivió en la época de Tawantinsuyu.
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Aproximadamente en el 1470 d.c., los ejércitos de Cuzco llegaron hasta Ecuador donde encontraron una gran resistencia, en primer lugar por parte de los Cañaris y posteriormente de los Quitu—Qara. Estos, aprovechando su red de caminos que se habían ido construyendo en todas estas zonas durante siglos, avanzaron poco a poco, afianzando su dominio en algunos lugares claves como Tomebamba y Hatun Kañar / Ingapirca, lugares desde los cuales se construyó un sistema de caminos hacia el norte, sur y occidente, que en lo básico del trabajo realizado consistió en mejorar los caminos que ya existían.
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La posterior evolución de la guerra de Conquista reconoce un período de, al menos, de 50 años de conflictos, hasta que se produjo la caída de Pinto, curaca principal de los Qaras, en Yaguarcocha.
No dejes de ver este interesante vídeo -aunque aparentemente no se ve en la captura inicial pulsad el «PLAY» para verlo- de un programa de la televisión peruana «Umbrales» conducido por el arqueólogo Luis Jaime Castillo, que explora la historia fascinante detrás de Qhapaq Ñan.
La evolución del Qhapaq Ñan:
El Qhapaq Ñan ha sido fundamental en la historia de los Incas y su legado perdura hasta nuestros días. Este gran camino no solo facilitaba la comunicación y el comercio entre las diversas regiones del imperio, sino que también representaba el poderío militar y la organización territorial de los incas.
Patrimonio cultural y atracción turística:
Hoy en día, el Qhapaq Ñan es reconocido como un importante patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO. Sus impresionantes vestigios arqueológicos atraen a viajeros de todo el mundo que desean explorar la grandeza de esta antigua red vial.
Senderismo y turismo de aventura:
Los amantes del senderismo y la aventura encuentran en el Qhapaq Ñan un destino único. Recorrer sus caminos milenarios permite sumergirse en la historia y la belleza natural de los Andes, viviendo una experiencia inolvidable.
Conservación y preservación:
La conservación del Qhapaq Ñan es crucial para mantener viva la memoria de esta increíble hazaña de ingeniería inca. Diversas iniciativas buscan proteger y preservar estos vestigios para las generaciones futuras, garantizando que su legado perdure en el tiempo.
Explorando el legado inca:
Explorar el Qhapaq Ñan es adentrarse en el corazón de la civilización inca, comprendiendo su forma de vida, sus creencias y su impresionante capacidad para construir caminos que unían un vasto imperio. Cada paso en el Qhapaq Ñan es un viaje en el tiempo hacia la grandeza de los Incas.
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