Madre de Dios es una región con abundantes selvas vírgenes y quizás sea el área menos intervenida y erosionada de la Amazonía peruana.
Además, la conjugación de su abrupta geografía, sus innumerables microclimas y la variedad de sus suelos han propiciado el desarrollo de una diversidad de formas vivientes. Tierra de ríos anchos y hermosas lagunas rodeadas de exuberante vegetación, Madre de Dios es el hogar ancestral de varios grupos indígenas como los Ese’eja, Machiguenga, Yine y Haramkbut, así como de alrededor de mil indígenas en aislamiento voluntario, que se internan en las cabeceras de los ríos Manu, Las Piedras y Tahuamanu, siguiendo el ritmo del bosque para sus actividades de caza y recolección.
Hay gran oportunidad para el ecoturismo, el conjunto de atractivos naturales en Madre de Dios es inmenso. Así como también en el río Madre de Dios es el hábitat único para diversas especies de mamíferos y de aves. Se destacan entre los lagos, el llamado Los Castañales, preferido por los bañistas durante el verano; el Valencia, próximo al pueblo del Laberinto; y el Sandoval, con su variada fauna y su extenso aguajal.
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Aquí se condesan Áreas Naturales Protegidas que se cuentan entre las más valiosas del Perú, como el Parque Nacional Bahuaja-Sonene, donde se protege la única sabana húmeda tropical del País; el Parque Nacionalde Manu, con sus 1.532.806 hectáreas, donde se alberga la más grande y variada biodiversidad existente en el planeta; y la Reserva Nacional Tambopata, con una extensión de 1.478.942 hectáreas, muestra récords mundiales en grupos zoológicos.
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