No podemos juzgar a quien no sepa ubicar a Kaliningrado en un mapa o quien erróneamente piense que, por ser este territorio parte de la Federación Rusa, se encuentre dentro de sus confines.Y es que la historia (aparte de la geografía) de Kaliningrado es compleja y muy poco difundida, publicitada y muchas veces, valorada.
Kaliningrado se encuentra a orillas del mar Báltico, entre Lituania y Polonia. Si bien la ubicación geoestratégica tiene un altísimo valor, esta región rusa ha sido descuidada y víctima de muy mala prensa (desde rumores sobre experimentos nucleares o tráfico de personas), pero lo único real es un aparente desinterés por parte de la Federación Rusa por darle un impulso a esta región.
Historia de Kaliningrado
Todas las historias de horror que se cuentan sobre Kaliningrado se desvanecen una vez que llegas a su territorio (previo pago de las tasas de visado en tu país de origen, para lo que necesitas una reserva de hotel o plan turístico contratado con antelación) y te das cuenta que hay una parte muy interesante de la historia de Europa entre el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y la caída de la Cortina de Hierro que no ha sido contada, o peor aún, que muchos consideran aburrida.
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Esta pequeña región fue una vez la gran ciudad prusiana de Königsberg y sede de los caballeros teutónicos, pero lo que se ve en las calles es mas bien de reciente data ya que el lugar quedo totalmente devastado después de la Segunda Guerra Mundial (mismo caso que Varsovia y muchos otros sitios). No es difícil ver piezas de historia soviética (bastante surrealista, por cierto) como bustos de Marx, Grandes edificaciones sombrías de concreto armado, pero también majestuosos parques y numerosos museos una vez usados para exaltar la imagen del Estado comunista y que hoy en día suponen la lección de historia sobre la Guerra Fría mas cercana al occidente. En días cuando Berlín es un bonito reclamo turístico, Praga y Budapest están mas occidentalizados que nunca y Varsovia está mas pendiente de la Eurocopa del año que viene que de otras cosas, Kaliningrado conserva ese aire a película de espionaje ochentera que a muchos nos emociona y nos hace que se dispare el sentido de la aventura.
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Atractiva ironía.
Los lugareños y algunos visitantes habituales comentan que Kaliningrado es “un desafío inolvidable” y las mejores vacaciones que puedes disfrutas si tienes suficiente “paciencia y sentido del humor” Pero… ¿qué quiere decir esto? Pues quiere decir que si tienes prisa por llegar a un sitio y confías en el transporte público, puedes decepcionarte, pero si nadie te espera y decides caminar lentamente e ir descubriendo poco a poco el lugar, no te vas ni a enterar de la impuntualidad del tranvía. Si tienes tiempo para derrochar, toma cualquiera de las 10 líneas de tranvía y disfruta de un recorrido trazado a finales del siglo 19 (de hecho la vías usadas actualmente fueron colocadas ahí por los prusianos).
Fuente: Wikicommons
Que ver y hacer
Svetlogorsk: este Spa báltico fue usado por la aristocracia prusiana durante el siglo 19 como destino de verano. Ahora, aunque poco visitado, este balneario es uno de los sitios mas tranquilos y relajantes de la región asi como el principal centro poblado a lo largo de los casi 100 km de costa.
Amalienau: arboladas zona de impresionantes villas alemanas y caminos de adoquines. Esta parte de la ciudad se salvó de los ataques aéreos durante la guerra, por lo que da una buena idea de cómo era el lugar antes de la destrucción.
Bolsa de Valores: antiguamente foco de la actividad cultural del lugar, este edificio de estilo renacentista italiano ha sido rehabilitado como discoteca, casino y centro de ocio.
https://youtu.be/nBtwS1s0PXI
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