Por todos es sabido que por las venas de los árabes corre sangre de comerciante, y el caso de los jordanos no es ninguna excepción. Aunque sorprendentemente el típico regateo de los zocos, aquí no es tan habitual como en otros países de la zona, y casi de forma milagrosa en algunos lugares hasta los productos tienen etiquetas con su precio. Eso sí, esto no significa que no haya puestos en los que podamos regatear, pero no te engañes, los profesionales son ellos y te venderán lo que quieran y siempre a un precio ventajoso para ellos.
¿Qué podemos comprar? Para los apasionados de las joyas es imprescindible pasear entre oro y plata por el zoco de . A quiénes les guste la artesanía, se deleitarán con la cerámica de Hebrón o las alfombras de . Y aquellos que busquen los souvenirs más típicos acabarán comprando unas curiosas botellas de arena que nos permiten llevarnos un pedazo del desierto a nuestra casa. Y si no comprarán un narguileh, es decir, una pipa de agua, cuyo complemento ideal es un juego de tazas de café o té.
Publicidad
Publicidad
Todo esto se puede comprar en cualquier ciudad jordana, aunque la mejor para hacer compras es , ya que es un lugar libre de impuestos o puerto franco. Aquí la especialidad son las especias más cotizadas, por lo que pasear entre los puestos de estos productos es todo un derroche de aromas y colores.
En otros lugares, como por ejemplo , os ofrecerán vestigios arqueológicos en forma de monedas de origen romano o nabateo. No las compréis, estareís contribuyendo a un expolio constante del patrimonio cultural, además de que quizás a la hora de salir del país, el paso por la aduana os puede suponer un buen susto. Y también es ilegal comprar objetos de coral, pese a ello, os los ofrecerán por las calles de muchas ciudades, sobre todo en las más cercanas al .