¿Sabías que la Pirámide de Keops en Egipto es la única de las maravillas del mundo antiguo que aún sigue en pie, resistiendo el paso del tiempo?
Sí, y un proverbio árabe resume muy bien la antigüedad de las pirámides: “El hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides”. Sin duda, una frase muy profunda que refleja la imponente presencia de esta maravilla milenaria.
Esta pirámide fue construida bajo el mando del faraón Keops de la IV Dinastía, aproximadamente 2,500 años antes de Cristo. Aún en la actualidad, es difícil comprender cómo fue construida esta gran estructura que originalmente alcanzó los 146,82 metros de altura y que actualmente, debido a la erosión, se ha visto reducida hasta los 137 metros, cubriendo una extensión total de cinco hectáreas en su base.
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La Pirámide de Keops se encuentra ubicada en la meseta de Giza -en la ribera izquierda del Nilo-, y descansa junto con la Pirámide de Kefren y la Pirámide de Micerino. El uso principal que se le daba a estas construcciones era la de tumba de los faraones, sin embargo, se le ha atribuido también funciones religiosas como templo.
El ingeniero anglo-egipcio Robert Bauval descubrió mediante sus observaciones y estudios que las tres pirámides estaban dispuestas de modo que imitaban las estrellas del cinturón de la constelación de Orión. El Cinturón de Orión –equivalente del dios Osiris– era lo que los antiguos egipcios llamaban “El Duat”, o Puerta de entrada del Amenti -o más allá- que el alma del faraón debía atravesar. Además, de su construcción, dice Herodoto que se utilizaron 100,000 hombres que trabajaron incansablemente durante 20 largos años.
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Se dice que en la antigüedad, esta pirámide y las demás, se encontraban cubiertas de caliza de Tura traída de las canteras de Al Moqattam, lo que le daba un aspecto liso y hermoso, como si se tratase de un solo bloque de piedra inmenso.
En el año 820 de nuestra era, un califa excavó un túnel con el propósito de descubrir los tesoros del faraón; lo único que halló fue el pasillo original de la puerta de entrada. A través de aquel pasillo se llega a la cámara de la reina, ubicada en la parte media de la pirámide. Desde esta cámara se puede acceder a la Gran Galería, la que conduce finalmente a la Cámara del Rey, donde se encuentra un sarcófago de granito bastante deteriorado, donde presumiblemente estuvo la momia del Faraón Keops.
La Pirámide de Keops es un testimonio indeleble de la grandeza y el ingenio de la antigua civilización egipcia, un monumento que desafía al tiempo y sigue maravillando a quienes tienen la fortuna de contemplar su esplendor milenario. ¡Una visita imprescindible para todo amante de la historia y la arqueología!
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