Como bien sabemos, la tan mundialmente popularizada noche de Halloween, tiene su origen en la festividad celta Samhain y en la cristiana celebración del Día de todos los Santos.
Fueron los inmigrantes irlandeses, emigrados a América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa de 1840, quienes llevaron la tradición a las tierras norteamericanas que hoy, prácticamente, se han apropiado.
Aquellas tradiciones se han extendido por todo el mundo pero Irlanda continúa manteniendo vigente esta fiesta popular que la gente aprovecha para disfrazarse con trajes de miedo mientras los niños van de casa en casa pidiendo golosinas.
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Esta costumbre se llama “Trick-or-treating” y los niños, cuando les abren la puerta, preguntan “¿trick or treat?”. La palabra trick se refiere a hacer una travesura si el propietario de la casa no les da un treat (golosina). En este caso, los pequeños deben hacer una pequeña actuación, como cantar una canción o contar una historia para ganarse sus golosinas.
Casi todas las casas ostentan calabazas iluminadas por linternas y preparan el Barm Brack, un típico bizcocho dulce que esconde en su interior un anillo y un penique para dictaminar que “te casarás este año si encuentras el anillo y tendrás fortuna si encuentras el penique”.
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Pero la noche de Halloween no puede celebrarse sin la presencia de una jack-o’-lantern, la tradicional calabaza tallada a mano y que proviene de la leyenda irlandesa de Stingy Jack, un viejo granjero avaro, amante del juego y de la bebida, que convenció al diablo para que subiera a un árbol y lo atrapó tallando una cruz en el tronco. Como venganza el diablo hizo un conjuro a Jack condenándole para siempre a vagar por la tierra todas las noches con la única luz que tenía: una vela dentro de un nabo vaciado.
Irlanda, tierra de leyendas y misterios, te espera para celebrar una divertida noche de Halloween.
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